lunes, 8 de agosto de 2011

Somos

Somos resultado de las sombras que nos han ido rodeando.
De las paredes que nos han hablado desde sus silencios.
De la ausencia de luz que nos llevó a la apertura de un postigo.
Somos resultado de las palabras nunca dichas.
De la música con la que hemos crecido.
De las personas con las que hemos conversado.
De aquéllas imágenes que retenemos del pasado.
De cuantos cosas no hemos logrado alcanzar y de las mismas cosas que nos han ido superando en nuestra cotidianeidad.
Somos arcilla mojada cuando raya el día.
Somos un puñado de buenos y malos recuerdos.
Resultados de un adiós, con el que dejamos de ser.
Somos un anaquel repleto de frascos vacíos, donde el tiempo ha dejado su pátina de años en los recovecos horizontales del vidrio.
Somos pellizcos en el aire, voces que tenemos sentadas en los hombros, voces de los que ya no son y están en los aledaños del oído. 

Voces que despiertan en las noches sin sueño y danzan interminablemente con siluetas que reconocemos, risas que nos circundan y visten de años nuestros miedos.
Somos cuanto no hemos podido ser, varaderos de cuantas quimeras han perecido en los océanos donde habitan los sargazos.
Y por ser, somos silbido de sirena o tortura de Ulises maniatado a un mástil que siquiera nos pertenece.
Somos un puñado de frustraciones a las que se les canta un bolero cuando la soledad se comparte y llegamos a ser marionetas de cartón que caminan siempre de costado.
Somos una mirada abandonada en una imagen que se oscurece con el sueño.
Dije que somos una interrogante a la que se le ha hurtado el punto o tal vez, seamos una diagonal de luz en la oscuridad, por la que trepan todos los puntos robados a las interrogantes.
Somos respuestas cuando nadie pregunta.
Somos silencios en mitad de la algarabía.
Somos una camelia nacida en un rododendro.
A veces, somos murmullos que acunan el insomnio de las noches.
Voces de cuanto quisimos ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario