miércoles, 18 de enero de 2012

Añil



Nacen las palabras desde los huecos tapados de las flautas. Es la música del aire que sortea los colores del bosque de Oma.


Bosque de Oma, Julio 2009

Reparó en su edad cuando sorprendió a sus ojos entretenidos en los pliegues de un árbol. Observaba las hormigas, en sus idas y venidas, como se observa el presente cuando el futuro se torna incierto. Reparó en su edad y le dolió su miopía, toda, hasta que decidió sobrevivir boqueando el aire que buscó en el arbolado más próximo. Inmerso con frecuencia en sus recuerdos, se acompañaba de cierto desaliño torpe que le avejentaba y una tarde, rebuscando por los  descosidos de un abrigo donde se iban escondiendo los restos de diminutos lapiceros de color, acabó sacándole punta a la melancolía. Recuperó el aliento en un paisaje de pinos ausentados del sol y sombra de su propia vida, y sobre un fondo de verdes degradados, puso todo su empeño en huir de los silencios que le atormentaban, pintando franjas rojas, azules, amarillas y blancas. La vida, otrora gris, se tornaba ahora tan distinta, inmediato el aire que le aupaba al vértigo de un tiempo que debiera sobrevenirle. Aún. Y palmeó la mañana como quien palmea las manos en un amanecer frío. Y el vaho le hizo nido en unas manos por donde los huesos trataban de huir de la carne. Vestido de papel y disfrazado de huecograbado, encendió el penúltimo cigarrillo para acabar ahogado en su compás de toses. Hizo giros al desaliento y, en un momento de entusiasmo no contenido, abrazó uno a uno los árboles verticales de su futuro. Al fondo, la luna se ausentaba por las paredes de un cielo infinito hasta rozar las aceras de la noche. Había dejado su lágrima, disimulada, en los morados cercanos a la tierra y el reflejo de lo ignorado acabó poseyéndole con todo su desasosiego. Un escarabajo le hizo desconfiar de la felicidad y entonces corrió hasta las cortezas coloreadas de los árboles, acariciándolas repetidas veces hasta que la sangre acabó comiéndole sus dedos infantiles, tiñendo de púrpura los añiles desabrazados en la oscuridad.






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